El síndrome de boca ardiente, también conocido como glosodinia, es un trastorno que cursa con dolor, quemazón o escozor en la lengua y en otras áreas de la cavidad oral. También puede manifestarse con boca seca, cambios en la percepción del sabor de los alimentos u hormigueo.

Afecta fundamentalmente a mujeres, con una proporción de 7 a 1 respecto a los hombres, y aparece comúnmente en torno a los 40 o 50 años. Se estima que afecta aproximadamente a entre el 2 y el 5 % de la población y su causa exacta no se conoce, aunque se han descrito como posibles factores desencadenantes las anomalías dentales –por ejemplo, una dentadura mal ajustada– o la presencia de enfermedades autoinmunes.

El tratamiento está encaminado a aliviar los síntomas, por lo que de inicio se opta por medidas higiénico-dietéticas para aumentar la salivación y evitar posibles irritaciones bucales, como beber abundante agua o evitar el consumo de tabaco y alcohol. Si esto no es suficiente, el especialista podrá recomendar el uso de colutorios con compuestos antiinflamatorios o prescribir el uso de fármacos por vía oral, dependiendo de la respuesta de cada paciente.