Menu

Los pacientes desean que les solucionen los problemas y más en los temas de salud. Josep Arasa López, licenciado en Farmacia, destaca que “cuando les ayudas el poder salvar un obstáculo tan simple como levantarse de la cama, bañarse con una silla de baño o poder bajar unas escaleras, te lo agradecen con el alma”.
Subraya que, en la farmacia, los clientes entran por obligación, ya que necesitan los medicamentos, y que hay que aprovechar esta prebenda para ofrecer las soluciones a las necesidades que uno, como profesional sanitario, perciba que que pueden tener sus pacientes. Defiende que “la alternativa de colaborar con empresas de atención domiciliaria o geriátricos es una opción que facilita el poder realizar este servicio”.
Le preguntamos qué casos y patologías que llegan al servicio de ortopedia de una farmacia comunitaria son los más frecuentes y cómo se pueden resolver desde ésta. Responde que, aparte de los más frecuentes, como rodilleras, tobilleras o fajas, están: las soluciones de movilidad, como sillas de ruedas, manuales o eléctricas, andadores, o bastones; las de higiene, como asientos de baño, taburetes o elevadores; las del día a día, como pastilleros, ofrecer el servicio de SPD o utensilios para facilitar las tareas diarias; y las del descanso, como colchones, camas electrónicas, barandillas o grúas.