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Farmacéutica de corazón, Mónica Hathiramani tiene vocación de boticaria desde los 12 años. Después de una extensa trayectoria en farmacia hospitalaria, decidió embarcarse en una nueva aventura: abrir su propia farmacia en Canarias: “De esto hace siete años. Los últimos años he compaginado la oficina de farmacia con la realización de una tesis doctoral en el departamento de toxicología de la Universidad de La Laguna”.
Su oficina de farmacia está ubicada en una zona turística, en Playa del Inglés, donde veraneaba de chica. Por este motivo, “la mitad de la atención que prestamos se corresponde con extranjeros, y la otra mitad a residentes. En este sentido, son importantes los idiomas y la indicación farmacéutica y el servicio profesional farmacéutico asistencial (SPFA), que incluye la dispensación de fármacos sin receta”. En la dispensación de estos medicamentos, el farmacéutico tiene un papel sumamente importante, “pues no existe prescripción médica por parte del médico, sino que es el farmacéutico el que toma la iniciativa en función de la entrevista directa con el paciente”.