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Les confieso que cuando escucho por la radio, o por la televisión, los consejos para no sufrir fatales consecuencias por el calor me siento un poco ridículo, algo así como si tuvieran que escuchar que es necesario pararse ante los semáforos, cuando están con el disco rojo, porque resulta peligroso saltarse la norma y puedes morir atropellado. Supongo que las personas que han asistido a la escuela, y han alcanzado la mayoría de edad, ya saben que no se debe hacer deporte con exceso de calor, ni trabajar tareas que requieran gran esfuerzo físico, ni olvidarse de la hidratación bebiendo agua. Pero cada año, según las fuentes, mueren en España entre 2.000 y 4.000 personas, por no respetar reglas elementales, que es algo así como si fallecieran entre dos mil y 4.000 personas, cada invierno, por salir a la calle con una sucinta camiseta y un pantalón deportivo. Pero los cientos de muertos son reales, y no se puede tomar a broma. Recuerden lo obvio. No recordar lo obvio nos puede matar.